EL BULLYING TIENE PEORES CONSECUENCIAS MENTALES QUE EL MALTRATO
Colaboración de: Angela Bocanegra
El acoso escolar en el colegio o bullying es algo que debemos evitar entre todos, y cada día nos dan más motivos para hacerlo. Una nueva investigación acaba de revelar que el bullying puede producir peores consecuencias sobre la salud mental a largo plazo que los que provocan los maltratos a niños por parte de adultos.
El bullying y la depresión
Los niños que han sufrido bullying tienen más posibilidades que los que sufren maltrato de desarrollar problemas mentales como ansiedad o depresión. Además, se ha demostrado que se autolesionan e incluso suicidan más que los que han sido víctimas de maltrato por parte de adultos.
Aunque el maltrato infantil también eleva la posibilidad de sufrir esta clase de consecuencias a largo plazo, el estudio señala que, en los casos en que los niños han sufrido maltrato y acoso escolar a la vez, lo primero no aumenta sus probabilidades de sufrir estas dolencias, mientras que sí existen diferencias cuando estas agresiones se producen de forma independiente.
“Nuestros resultados muestran que los problemas mentales no provienen del maltrato per se sino que se presentan cuando los niños sufren además bullying”; aseguran los autores de la investigación, que matizan que el bullying “tiene más efectos adversos sobre la salud mental de los jóvenes adultos”.
¿Cómo se puede explicar esto? Según estos investigadores, la razón puede estar en que el bullying tiene lugar en un momento “más cercano” del comienzo de los problemas mentales: el acoso escolar se da a partir de los 15 años, mientras que el maltrato infantil suele ser en torno a los ocho años, y los autores del estudio sitúan la aparición de problemas mentales en los 18.
Probabilidades de sufrir bullying
Según las muestras utilizadas en el estudio, cerca del 40 por ciento de quienes han sufrido maltrato infantil también han sido víctimas de bullying, lo que podría significar que la experiencia de “persecuciones” podría llevar a los menores que las sufren a ser “más susceptibles” al acoso escolar.
Así lo explican los investigadores: “muchos tipos de persecución tienen factores de riesgo comunes, como la inestabilidad familiar, la supervisión insuficiente o características personales como unas habilidades sociales pobres”. De este modo, “el maltrato por parte de adultos podría estar interfiriendo en el equilibrio emocional de los menores, lo que les haría más susceptibles”, concluyen.
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