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¿Adolescente inquieto?

¿TU HIJO ERA TRANQUILO Y AHORA ES UN ADOLESCENTE INQUIETO? 

Escrito por: Damián Montero

 

El desarrollo de una persona es un proceso largo y complejo. Son muchos los cambios que asistirán a lo largo de su vida. En ocasiones este proceso desemboca en una personalidad conflictiva que, unida a la típica rebeldía de la adolescencia, puede dar ocasiones a situaciones complicadas.

¿Cómo se pasa de la típica tranquilidad en la infancia a la inquietud de la adolescencia? Les compartimos varias pistas con las que los padres pueden estar atentos a los cambios de sus hijos. De esta forma se podrán prevenir conductas que den lugar a situaciones de conflicto en el hogar.

 

Causas del cambio de actitud

  1. Cambios en la sociedad y la familia

Varios factores han sido la causa: la tecnología, la dificultad en la conciliación laboral de los padres, etc Las relaciones con la familia de origen (abuelos) y la extensa (tíos y primos) eran estrechas. De este modo, el niño convivía con una jerarquía bien definida, con una red de apoyo muy amplia y recibiendo amor por parte de todos.

Hoy en día en la mayoría de hogares ambos padres trabajan fuera de casa, con poco tiempo para el niño y confiando parte de su educación a los abuelos y las relaciones con la familia extensa no se mantienen. De esta forma, los padres dirigen todo su tiempo libre y toda su atención al niño por lo que estos aprenden que son demás deben adaptarse a sus necesidades.

 

  1. El síndrome del Emperador

La conducta violenta se aprende por imitación o por ensayo y error, ningún niño nace violento. Aunque el comportamiento de destruir obstáculos es inherente al ser humano, no todos los niños reaccionan de igual modo.

Por otro lado, los padres a veces se someten a los deseos y caprichos de sus hijos. Cuando este niño se convierte en adolescente manifiesta con violencia esa frustración. Si este perfil de “hijo difícil” ocurre en una familia con una jerarquía bien definida en la que los padres sostienen el liderazgo y los límites están bien establecidos, el niño no podrá dominar.

 

Además, los padres tendrán que prestar a otras señales como las siguientes:

  • Episodios emocionales explosivos (pataletas, rabietas, destrucción de objetos…).
  • Agresiones físicas o verbales a los padres.
  • Ausencia de empatía emocional (no son capaces de ponerse en la “piel del otro”). -Ego exacerbado.
  • Ausencia de remordimientos y arrepentimientos.
  • Conductas desafiantes…

Ninguna de estas actitudes debe minimizarse.

 

Señales en la adolescencia

En el caso de los adolescentes, también habrá que prestarse atención a determinadas señales:

  • Insultos leves.
  • Comportamiento desobediente, desconsideración y desacreditación de los padres. En este punto muchos padres siguen permitiendo que esto pase.
  • Hacen creer a los padres que ellos son los que se equivocan.
  • Amenazas físicas y agresiones, como empujones a la madre.
  • Destrucción de mobiliario y partes de la casa.

 


 

 


 

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